¿Cómo será la producción, el consumo y el comercio de aceite de oliva en la UE hasta 2035?

La Comisión Europea (CE) ha publicado su informe sobre perspectivas agrícolas de la Unión Europea (UE) 2023-2035 en el que considera que el cambio climático provocará volatilidad en los rendimientos y la calidad del aceite de oliva; existirán tendencias divergentes en el consumo entre los principales países productores de la UE (en descenso) y el resto (creciente); y se fortalecerá la posición comercial comunitaria, según recoge Mercacei. En este informe, el Ejecutivo comunitario asegura que las dos últimas campañas comerciales han demostrado lo vulnerable que es la producción de aceite de oliva de la UE ante los fenómenos meteorológicos adversos. Y es que, según considera, el cambio climático seguirá siendo un desafío y podría conducir a una mayor variación en los rendimientos y en la calidad del aceite. No obstante, apunta que la investigación y la innovación, así como la introducción de variedades más resistentes, podrían reducir en parte estos impactos negativos y conducir a un aumento en los rendimientos de alrededor del 0,5% anual de aquí a 2035.

Bruselas espera que se mantenga la superficie dedicada al olivo para la producción de aceite de oliva y cree que es probable que esta estabilidad se logre mediante nuevas plantaciones (incluso en áreas más al norte) y en el cambio de productores tradicionales a sistemas más modernos. Sin embargo, señala que el abandono de tierras podría continuar “debido principalmente a la falta de relevo generacional en explotaciones agrícolas y a la competencia entre sistemas de producción y cultivos”.

Teniendo en cuenta los rendimientos y la evolución de la superficie, la CE estima que la producción de aceite de oliva de la UE podría alcanzar los 2,2 millones de toneladas en 2035, cifra similar a la campaña récord 2021/22.

Asimismo, la Comisión señala que el consumo en los países no productores está impulsado por la creciente popularidad de la Dieta Mediterránea y las campañas de concienciación sobre la salud que promueven los beneficios del aceite de oliva frente a otras grasas, si bien “los consumidores de los principales países productores han mostrado una mayor sensibilidad a los aumentos de precios en los últimos años y un interés cada vez menor por su consumo, especialmente entre los jóvenes”. Sin embargo, esta tendencia en los países productores probablemente se vea compensada por un mayor consumo en el resto de la UE. Así, el consumo se mantendría relativamente estable (+0,1% anual hasta 2035).

Bruselas señala que mientras la tasa de crecimiento del consumo de aceite de oliva en la UE se mantendrá relativamente estable, las exportaciones de la UE representarán una proporción cada vez mayor de la producción de aceite de oliva de la UE: hasta el 45% en 2035 (aproximadamente 1 millón de toneladas frente al 37% en 2018-2022), principalmente gracias a una expansión en los mercados asiáticos, mientras que algunas exportaciones a mercados tradicionales también podrían crecer. Por su parte, las importaciones de aceite de oliva de la UE podrían continuar para compensar parcialmente las pérdidas de producción anual.

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