Cerramos un año que, como ya hemos puesto de manifiesto en varias ocasiones, ha sido negativo por muchos factores. Primero por la caída de precios tan importante que hemos tenido a lo largo del año, si bien es cierto que estos últimos meses de inicio de campaña el precio ha repuntado algo, y confiemos en que así siga. Luego por la pandemia del coronavirus, durante la que los agricultores no solo hemos seguido produciendo alimentos para el resto de la sociedad, sino que hemos ido más allá y hemos colaborado en los pueblos con nuestros tratamientos, poniendo a disposición de los Ayuntamientos nuestra maquinaria y los agricultores para fumigar las calles, y con donaciones de trajes (EPIs).
En el momento en el que desde las autoridades sanitarias nos digan que se puede volver a las movilizaciones las retomaremos donde las dejamos, porque no podemos olvidar que a principios de año todas las provincias de España estaban manifestándose y con los tractores en la calle. Esto ha sido un paréntesis muy largo, no esperábamos que lo fuese tanto. Porque si bien antes teníamos un nubarrón que era conseguir que se elevase el precio, ahora tenemos otro reto muy importante, que son las negociaciones de la PAC, porque lo que se nos está presentando hasta ahora puede ser el certificado de defunción del olivar en la provincia de Jaén. Se nos está augurando que a partir de 2027 tiene que haber una convergencia de toda Europa, y eso significaría que más del 50% del dinero que percibe la provincia de Jaén en subvenciones se perdería. Y eso es inviable.
Desde nuestra organización, por tanto, vamos a empezar a calentar motores, vamos a retomar las movilizaciones en el punto justo donde las dejamos si en cuanto terminemos la aceituna estamos en un proceso de vacunación suficiente