Nuestros socios comienzan a traernos muestras de las aceitunas que han cuajado y siguen formándose en sus olivos. (En la imagen, las recogidas por Miguel del Moral hace dos días). Lo cierto es que los olivares de la provincia avanzan de forma muy desigual. En la campiña oeste y en la sierra es donde el fruto está más avanzado, mientras que en el sur y en el este, los árboles evolucionan con mayor retraso.
El estado fenológico actual del olivar, que es el cuajado y crecimiento, ha estado marcado fundamentalmente por la climatología de cada comarca y de ahí las importantes diferencias entre unas zonas y otras.
José Ramón Gómez, técnico de ASAJA-Jaén, apunta que se sigue observando caída de frutos cuajados, debido sobre todo a la falta de lluvia de esta primavera y a la escasez de agua en el subsuelo. Esta falta de agua ha impedido afianzar parte de los frutos cuajados y asegurar un buen crecimiento de la aceituna y endurecimiento del hueso. No en vano, el técnico insiste en que aún es pronto vaticinar en qué quedará finalmente la cosecha. El proceso de cuajado y crecimiento suele tener una duración de un mes, para dejar paso al endurecimiento del hueso.
En este periodo y en el posterior es fundamental el agua, de ahí la importancia de regar durante esta época y posteriormente. Sólo con agua, de riego o lluvia, se conseguirá una normalización del cuajado y endurecimiento del hueso.
Por otro lado, Sebastián Gasco, también técnico de ASAJA Jaén, explica que durante esta fase amenazan las plagas de parís en su 3º generación (carpófaga) y el barrenillo, que sólo pueden combatirse y prevenirse mediante tratamientos fitosanitarios
