Generación carpófaga de prays del olivo y caída de San Miguel

En estos momentos, el estado fenológico dominante del olivar es variable según la provincia, y las distintas zonas biológicas. Según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF-Andalucía) a provincia de fenología más adelantada es Cádiz, en la que domina “J1” (fruto maduro-pulpa blanca), y la más atrasada Granada, con “l1” (envero-amarilleo). En el resto domina por lo general “l1” (envero-amarilleo)-“l2” (envero-manchas rojas). Como más adelantado se observa presencia de “J1” (fruto maduro-pulpa blanca). En cuanto a la recolección, en estos momentos continúa la de aceituna de mesa y avanza la de almazara, según la diferencia fenológica de las distintas zonas. La de mesa se está viendo mermada por la menor cosecha de este año, y por el bajo calibre y arrugamiento de los frutos. El cultivo está padeciendo un estrés hídrico acusado, por la sequía que venimos padeciendo, las altas temperaturas de julio y agosto, y por las altas temperaturas que se siguen registrando actualmente, ya a finales de octubre.

Nos encontramos finalizando el vuelo de otoño de prais. Las capturas de adultos son prácticamente nulas en todas las provincias, oscilando entre los 16 adultos/trampa y día de Jaén y los 10 de Huelva. Estos son los adultos de la generación carpófaga que están saliendo de la aceituna, tras completar en ella una de sus generaciones, de la siguiente manera:

Tras realizar los adultos la puesta en el cáliz de la aceituna, entre los meses de mayo y junio (dependiendo de la zona) las larvas penetraron en el fruto, entrando antes del endurecimiento del hueso, y alimentándose de la semilla a lo largo del verano, dentro del hueso. Entre finales de septiembre y finales de octubre, la oruga hace una nueva galería de salida, próxima al pedúnculo, que produce la llamada caída de San Miguel. Las larvas salen de la aceituna para crisalidar en el suelo y dar lugar a los adultos que ahora se observan, y que van apareciendo de forma escalonada. Este es el daño directo más importante que provoca este insecto. Como consecuencia, en estos momentos podemos ver aceituna caída en el suelo, con el característico orificio de salida junto al pedúnculo. Po lo general, este año es muy escasa la caída.

Durante el mes de agosto, antes de la caída de San Miguel, se realizó un muestreo en aceituna, partiendo el hueso y buscando la presencia de la larva. Como resultado, se observó una mayor presencia en las provincias de Granada y Córdoba, con una media provincial del 1.7 y 0.7% de aceitunas con prais vivo, respectivamente, y los valores más bajos en Sevilla y Huelva, que no llegan al 0.2%.

En las provincias occidentales ya se ha producido la caída de aceituna, y en los olivares más tardíos de la provincia de Granada se está observando ahora. Puede ser un momento adecuado para valorar su incidencia, contabilizando el número de aceitunas caídas por árbol, y el porcentaje de ellas que tienen orificio de salida de prais. No obstante, aunque esto nos puede dar una idea del alcance que ha tenido esta generación, hay que tener en cuenta que tendremos que esperar a la próxima primavera, cuando se desarrollen las generaciones antófaga y carpófaga, para llevar a cabo una estrategia de protección en caso necesario.

Los adultos de esta generación carpófaga están realizando a su vez la puesta, entre octubre y noviembre, depositando los huevos en las hojas. Las larvas recién nacidas permanecerán en ellas durante el invierno, dentro de unas galerías características que realizan. En febrero-marzo comenzarán a activarse y saldrán a alimentarse de yemas y hojas, en lo que se denomina generación filófaga.

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