A pesar de las altas existencias iniciales en 2022/23, según Bruselas, la disponibilidad de aceite de oliva es baja, lo que, combinado con los altos costes de los insumos, contribuye a que los precios al productor estén “históricamente altos” para todas las categorías. En España, según sus datos, el precio medio del aceite de oliva virgen extra se sitúa un 85% por encima de la media de los últimos cinco años a finales del mes de febrero (más de 520 euros/100 kg.), mientras que en el caso del lampante es un 90% superior (470 euros/100 kg).
El Ejecutivo comunitario ha afirmado que, a lo largo de la cadena de suministro, estos aumentos han dado lugar a un incremento de la unidad de valor de exportación, así como de los precios al consumidor de la UE. Así, en enero, el índice de precios al consumo del aceite de oliva fue de 126,3 puntos (índice año 2015) y registró un aumento adicional de 12 puntos desde el comienzo de la nueva campaña en octubre.
Impacto negativo en el consumo
Para la Comisión, es probable que el aumento de los precios al consumidor comunitario tenga un impacto negativo en el consumo en la campaña 2022/23. En los principales países productores de la UE, generalmente más sensibles a los movimientos de precios, la caída podría rondar el 11%. Además de las compras minoristas reducidas, se espera que «también se reduzcan algunos volúmenes destinados al procesado de alimentos y que se sustituya por otros aceites, aunque de forma más limitada, ya que sus precios siguen siendo también altos (por ejemplo, el aceite de girasol)», según ha explicado. En el resto de la UE, y debido a un posicionamiento más Premium del producto, el consumo podría caer un 10%, en relación con los niveles estables observados otros años.
Las exportaciones de la UE también podrían reducirse, teniendo en cuenta las mayores ventas al exterior del año pasado y el «debilitamiento» del poder adquisitivo en algunos destinos. Por lo tanto, según la CE, es probable que alcancen la cifra de 600.000 t., un 27% por debajo de la campaña precedente, que estuvo muy cerca de alcanzar os datos récord de 2019/20.
Según Bruselas, una menor disponibilidad en la UE también podría dar lugar al aumento de las importaciones, principalmente de Túnez, pero también de Turquía y otros países que registraron un aumento de la producción. Por tanto, podrían llegar a las 200.000 t.
Asimismo, las existencias finales podrían situarse cerca de las 280.000 t.