Siembra de cereales de invierno e implantación de la siembra directa

El calendario de siembra de cereales de invierno en Andalucía se sitúa, según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF), entre el 10 de noviembre y el 20 de noviembre. Este año ha comenzado en la segunda semana de noviembre. La provincia más adelantada en superficie sembrada, a día de hoy, es Sevilla, con alrededor de un 30%, seguida de Córdoba, que no llega a un 25% y la provincia de Cádiz, con menos de un 5% de sementeras destinada a cereal de invierno.

Con la previsión de lluvias, según AEMET, se espera que las siembras comiencen a generalizarse esta semana, así aseguramos, subrayan desde la RAIF, la pronta germinación y nacencia del cultivo.

Al igual que el año pasado, en las pocas parcelas con abonado de fondo se ha utilizado menos dosis de lo habitual debido al precio alcanzado por estos e incluso, en muchos casos, no se aplica por la falta de precipitaciones, esperando a las mismas para abonar en cobertera.

Este año se estima un aumento de superficie de cereal con respecto a la semana anterior debido principalmente al turno de rotación con girasol, cultivo que aumentó su superficie esta campaña 2022 con respecto a otros años. Aunque el trigo duro seguirá siendo el cereal más sembrado en Andalucía, destacar el aumento de superficie de cebada, al ser un cereal de condición más rústica, con mayor tolerancia ante plagas y enfermedades, que requiere menos necesidades hídricas.

Como novedad, esta campaña ha aumentado la siembra directa como práctica de agricultura de conservación, a consecuencia de las exigencias de la nueva PAC y como respuesta del sector agrícola ante una situación de emergencia climática. Dicha práctica consiste en el No-laboreo y mantenimiento de los rastrojos sobre el terreno en al menos un 40% de las tierras de cultivo correspondientes junto a la rotación de cultivos de aquellas en las que se realiza dicha práctica.

Los principales beneficios medioambientales de la siembra directa son:

-Reducción de la erosión

-Incremento en los niveles de materia orgánica

-Mejora estructura del suelo

-Mayor biodiversidad

-Incremento de la fertilidad natural del suelo

-Fijación de carbono y menor emisión de CO2 a la atmósfera

-Menor escorrentía y con ello menor contaminación de aguas superficiales

-Mayor capacidad de retención de agua y reduciendo el riesgo de inundaciones

Las sembradoras para siembra directa difieren en su diseño y estructura de las sembradoras empleadas para laboreo convencional al realizar la siembra sobre un suelo cubierto de restos vegetales. Así pues, el tren de siembra dispone de varios dispositivos para el correcto alojamiento de la semilla en el suelo. Importante considerar que en la siembra directa puede suceder que las características del terreno de una campaña a otra difieran, teniendo que ajustar de manera periódica de un año a otro, la profundidad de siembra y variar levemente la dirección de la besana.

La implantación de la siembra directa ha sido especialmente exitosa en cereales de invierno (cebada y trigo), leguminosas dentro de una rotación con cereales, maíz y oleaginosas (girasol) a la vista de los beneficios  medioambientales y otros de carácter económico, como el menor gasto de combustible; siendo la modificación más notable, con respecto a la práctica convencional, la supresión del laboreo del suelo.

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