Nuevo pilar del “Green Deal” agrícola

En su paquete de nuevas medidas titulado “uso sostenible de los recursos naturales”, la Comisión Europea ha decidido lanzar esta semana una nueva iniciativa centrada en el control de la calidad del suelo. La propuesta, que pretende remediar la degradación del 60% de los suelos europeos, tendrá implicaciones en la agricultura. El Copa y la Cogeca acogen favorablemente esta iniciativa, aunque algunos elementos específicos deberán ser mejorados por los colegisladores. Los agricultores y los propietarios de bosques siempre se han tomado en serio el núcleo fundamental de su sector: unos suelos sanos. Es el cimiento de nuestros medios de vida, la base de la producción de alimentos y fibras, y la base de nuestra existencia. La comunidad agraria también ha sido un perro guardián, señalando los problemas asociados a la artificialización cada vez mayor de la tierra en el continente. En este contexto, acogemos con satisfacción que la Comisión Europea preste atención a esta cuestión.

Ahora que el texto será debatido conjuntamente por el Parlamento Europeo y el Consejo, hay algunos aspectos fundamentales que el Copa y la Cogeca esperan que se tengan en cuenta.

En primer lugar, al igual que con varias iniciativas ya presentadas, es importante que las iniciativas de la Comisión presenten un calendario que siga siendo racional y realista para permitir que se establezcan los fundamentos de la gobernanza del seguimiento y la presentación de informes; y para que los agricultores y gestores de tierras puedan tener tiempo de aplicar las medidas pertinentes a tiempo para mostrar cambios adecuados.

En lo que respecta a la evaluación de los suelos sanos, el Copa y la Cogeca piden que se establezcan distinciones claras entre suelos sanos y suelos no sanos y que no se basen en un indicador arbitrario. Además, es de suma importancia que la certificación de suelos sanos tenga un componente de valor añadido para los agricultores sobre el terreno y que las prácticas de gestión sostenible del suelo sigan estando abiertas para incluir todos los modelos agrícolas.

Al final, el punto en el que la propuesta sigue siendo demasiado débil, en nuestra opinión, es en la toma de tierras. Es lamentable que la disposición de la ley no incluya objetivos firmes para que los Estados miembros garanticen la eliminación constante de tierras agrícolas y forestales mediante la toma de tierras y el sellado del suelo. Habría sido preferible que la ley hubiera sido más firme en esta cuestión.

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