Un kilo de aceituna ecológica reduce la huella de carbono en más de un 100%
La producción ecológica es el modelo agroalimentario más adecuado para adaptarse a los cambios y, además, reduce los efectos del cambio climático, según revela el estudio ‘Producción Ecológica Mediterránea y Cambio Climático: Estado del Conocimiento’. El trabajo, realizado por la Cátedra de Producción Ecológica ‘Clemente Mata’ de la Universidad de Córdoba y editado por la Asociación Valor Ecológico Ecovalia, pone de relieve la reducción de la huella de carbono de diferentes cultivos ecológicos como el del olivar que, por kilo de producto, reduce la huella de carbono en más del 100%, pudiendo llegar a ser negativa.
El Olivar y la producción de aceite: un servicio ambiental a la humanidad
El Consejo Oleícola Internacional ha defendido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Marakech el papel del olivar como bosque que contribuye al descenso de los gases que producen el efecto invernadero. El 16 de noviembre impartió la conferencia titulada ” El aceite de oliva, el oro líquido que contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.”
En esta ocasión, el COI recordó, con la participación de prestigiosos expertos internacionales, como diversos estudios científicos han demostrado que el cultivo del olivo tiene efectos positivos sobre el medio ambiente y la adopción de prácticas agronómicas adecuadas puede aumentar la capacidad de fijación de CO2 de la atmósfera en las estructuras vegetativas permanentes (biomasa) y en el suelo.
El olivar con cubierta vegetal y restos de poda, futuro salvador del planeta por la potencia para fijar el carbono
La carrera internacional por reducir el carbono en la atmósfera, causante del efecto invernadero, ha convertido a los suelos agrícolas y forestales, entre ellos el olivar, en una especie de “salvadores del planeta” y objeto de especial cuidado por parte de las administraciones que ven en ellos una vía segura para cumplir con las cuotas de emisión acordadas para cada país. Si las actividades industriales son la principal fuente del incremento del CO2 en la atmósfera, los suelos pueden constituir un sumidero de carbono, en un intento de reducir el calentamiento global, tal y como publica Córdoba Hoy en el siguiente artículo.