Alerta ante los primeros nidos de oruga peluda en vid

Este momento es importante valorar la presencia de la oruga peluda en el viñedo, según explican desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía (RAIF). Ocnogyna baetica Ramb se sitúa en la superficie de parcelas y zonas colindantes. Si no se controla a tiempo puede generar problemas futuros en el viñedo, especialmente durante la brotación de la viña. Las primeras orugas aparecieron tras las pasadas lluvias, y actualmente se localizan dentro de los nidos de telarañas, siendo el momento óptimo para observar la evolución de la oruga en la viña y parcelas colindantes. Aunque, por el momento, la presencia de ejemplares de oruga es irregular, se recomienda vigilar la evolución de las telarañas tanto en el viñedo como en su entorno.

La oruga peluda apareció después de las primeras lluvias de diciembre, cuando el adulto emergió del suelo y llevó a cabo la puesta. En estos momentos, la mayoría de las nuevas orugas se encuentran en los nidos, presentando diversos tamaños. Aunque, por el momento, la presencia de orugas es irregular y no representa un peligro para la vid, se recomienda vigilar el desarrollo de las telarañas tanto en el viñedo como en su entorno. Lo ideal es controlarlas durante esta etapa en la que están concentradas en sus nidos-colonias, ya que en este momento es más fácil y eficaz realizar el control, además de ser una opción más económica y con un menor impacto ambiental. Realizar el control más tarde, cuando la oruga se disperse, obligaría a realizar tratamientos a todo el terreno.

El mejor momento para localizar los nidos colonias es por las mañanas con el rocío, detectándose con mayor claridad los nidos de telarañas. Para eliminar los nidos se aconseja aplicar métodos de control como:

-Labrar la parcela con cepillo para destruir o quemar los nidos con lámparas de gas

-Productos específicos registrados y biológicos como Bacillus thuringiensis si la larva es aún pequeña

Es fundamental aplicar los métodos de control de la oruga peluda con la necesaria antelación para impedir que se propague de manera descontrolada por el cultivo, antes de que alcance la etapa de dispersión de las mismas, que suele producirse durante los meses de febrero-marzo. Las orugas adultas son muy voraces y se alimentan de las yemas principales de la vid. Esto obliga a la cepa a brotar una yema secundaria, la cual no presenta racimos, por lo que la pérdida de cosecha puede llegar a ser altamente probable en caso de coincidir la dispersión de las orugas con la brotación de la vid.

En las etapas finales de su desarrollo, las orugas errantes se alimentan vorazmente, siendo estas las que causan daño al viñedo. Por tanto, es preferible abordar la destrucción de las colonias cuando están agrupadas.

El tratamiento debe efectuarse sobre todo cuando se observa que hay grandes nidos de orugas y puede repetirse al cabo de quince o veinte días si se comprueba una nueva fase de reproducción.

Las colonias de oruga peluda son capaces de recorrer hasta 300 m de distancia, permitiendo que, al año siguiente, estén separadas y no compitan por el alimento.

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